Thera, Greece
En la mañana nos despertamos temprano como todos los días, y tomamos el camión para ir a Oia ( que los griegos pronuncian Ia ) un viaje de como media hora. Nos fuimos temprano pues queríamos ganarles a la gente que llega en crucero.
Al llegar comenzamos a subir por una calle y nos ofrecieron una nieve de yogurt bastante rica y nos detuvimos a comprar. Al llegar a la plaza principal escuchamos a una guía lo que teníamos que hacer para acércanos a tomar la famosa fotografía que sale en todas las postales de Santorini. Es en realidad un techo azul de una iglesia y toda gente obviamente hace colas bastante largas para tomarse la foto. Gracias a que escuchamos de la señora pudimos ganarle a la multitud y no había tanta gente para la foto.
Entramos a algunas tienditas y llegamos a un restaurant a refrescarnos un poco, tomar algo y comer algo ligero. El mesero muy amable cuando se entero de que éramos de México. Nos estuvimos un buen rato y luego regresamos a tomar el camión y llegar a descansar al hotel para evitar la hora del calor más fuerte.
En la tarde después de descansar tomamos el teleférico hacia el puerto a donde llegan los cruceros y regresamos nuevamente al hotel para bañarnos y cambiarnos pues teníamos una reservación para cenar en un restaurante que tiene un chef que trabajo con Adrián Ferra en el restaurante El Bulli.
El restaurant se llama Mavro, que significa negro en griego, y se está en un poblado llamado Imerovigli como a 2.5 kilómetros de Fira que es donde nos estamos quedando. De ida tomamos un camión a las 7:00 para estar a las 8:00 en punto que era nuestra reservación para poder ver la puesta del sol a las 8:30. Llegamos a las 7:30 pues en realidad no estaba tan lejos y nos pasaron antes. Frank y yo pedimos el menú de Media Luna que era de 6 tiempos y las niñas uno de 3. La verdad nada barato pero después de ver el atardecer valió la pena cada euro pagado. Nunca había visto un atardecer tan hermoso.
Esta parte de la isla al parecer es de un nivel más alto pues había muchos hotel boutique y casas muy bonitas.
El último camión era a las 10 de la noche y nuestra cena la verdad la estábamos disfrutando tanto y eran tantos tiempos que no nos importó que nos dejara el último camión. Eran solo 2.5 kilómetros caminando.
Ninguna de las fotos le hace justicia al atardecer y a la experiencia de estar juntos los 4 en este maravilloso lugar
2025-02-10