Para ir a Sancti Spiritus el autobús salía a las 6:30 de la mañana, así que madrugué y fui a la estación en un bici-taxi bien alimentado con vodka ruso desde la madrugada. En 25 minutos estábamos en la estación. El viaje dura 3 horas y atraviesa la fértil llanura cubana repleta de plantaciones y comunidades agrícolas. La ciudad de Sancti Spiritus es la capital de esta rica zona y así se refleja en el carácter agrícola de muchas actividades. Mercados de frutas, cereales, ganado...su centro histórico recuerda a los pueblos castellanos que debían también su riqueza a la ganadería ovina y al cereal. Es interesante, patrimonio de la UNESCO bien conservado y agradable para pasear. Es más turístico que Camagüey, pero mucho más pequeño. Merece la pena pasar por el, pero no quedarse a dormir, pues no parece que haya mucho que hacer. Decidí continuar viaje a Trinidad, pero no había autobuses y los taxistas pedían un disparate por un viaje de 70 km. Finalmente conseguí una "máquina" (taxi compartido entre 6 pasajeros) por 70 CUP, 2,80$/persona.