What a wonderful world!

Sunday, February 17, 2013
Singapore, Singapore
Escribe Chris:

Singapur es un oasis dentro del sudeste asiático. Moderna, prolija, multicultural y con un crecimiento planificado y cuidado. Hace unos meses inauguraron el tercer jardín botánico de esta ciudad-estado, Gardens by the Bay, como parte de un ambicioso programa para dejar de ser una "ciudad con jardines" y convertise en una “ciudad dentro un jardín”. Este parque es realmente asombroso, con unos super-trees alucinantes, que tienen tantas funciones que podría escribirse un post exclusivamente sobre ellos. Además, hay un puente colgante a unos 22 metros de altura que une dos de esos super-trees, más un par de conservatorios refrigerados con flora de todo el mundo, ganadores de un premio mundial de arquitectura en 2012.

 
 
 






En la misma zona esta Marina Bay Sands, que es “EL” edifcio de Singapur. Siendo más preciso, son tres edificios unidos por una plataforma en su último piso que hace las veces de terraza. Cuenta con la infinity pool más grande del mundo en altura y la terraza tiene forma de barco. En nuestro viaje anterior, este edificio estaba recién inaugurado y no sabíamos que se podía subir a la terraza y mucho menos de la existencia de la pileta. Nos enteramos leyendo la revista del avión cuando nos íbamos y no podíamos creer lo nabos que habíamos sido. Por suerte tuvimos revancha, y esto es lo que se puede ver desde ahí arriba:

 
 
 

 




Además, el edificio está en Marina Bay, una bahía espectacular. Hay un puente de “doble hélice”, un shopping enorme recontra top, el Singapore Flyer (una rueda para observar al estilo London Eye), el museo de artes y ciencia en forma de flor más una plataforma flotante multipropósito. En los juegos olímpicos para la juventud de 2010 se utilizó como cancha de fútbol y ahora lo estaban usando para el festejo del Año Nuevo Chino. 
 

 
 

 


 









































































Escribe Vicky:

Singapur nos había encantado en el primer viaje, pero ahora nos terminó de atrapar! Logramos tener una idea más acabada de cómo es la ciudad-estado, visitar los diferentes barrios y, sobre todo, explorar más la zona de Marina Bay, que es donde está el famoso skyline de Singapur. Además, nos dejamos sorprender por la vida cultural de la ciudad, que es una mezcla increíble y, hasta bizarra, de etnias, idiomas, costumbres y, por ende, comidas, música, vestimenta y arte.

El primer día llovió sin parar, así que luego de caminar un poco, llegamos a la zona de los shoppings, sobre la calle Orchard, y nos metimos dentro de uno de ellos. Como la lluvia no paraba y era realmente importante, decidimos quedarnos bajo techo y explorar la cultura indoors. Dentro del shopping había muchísima gente, en el salón principal había justo un show chino con los famosos leones y las destrezas de un chinito bien flaquito, como parte de las festividades por el Año Nuevo. En Singapur es mayoritaria la comunidad china, junto con la india, por lo cual, este evento es muy festejado. Una cosa que nos encanta hacer en los diferentes lugares es pasear por los supermercados y aprovechar para comprar cosas raras, distintas, que no conocemos para probar diferentes sabores, que son las cosas que compran los que viven ahí.

 
 
 

Las pasiones nacionales de los Singapurenses son las compras y la comida. No hay lugar de compras que no tenga un 'food court' con diferentes especialidades para probar. Incluso en el shopping más top de todos siempre hay un patio de comidas barato para comer comida local, acompañada de los aromas correspondientes. Y esta no fue la excepción. Encontramos el dichoso food court donde van los locales y, luego de dar una vuelta y analizar uno por uno todos los puestos, decidimos quedarnos con el primero y elegimos un plato que resultó ser una delicia. Chris fue aún más allá y acompañó ese plato chino con otro ‘delicatessen’ que son los ‘dumplings’. Son como unos sorrentinos rellenos con alguna pasta, en este caso era una carne picada muy rica, según Chris. Y el plato principal que elegimos eran uno fideos tipo tallarines con una salsa con carne picada estilo bolognesa pero con otro gusto, no el italiano obviamente. Los fideos eran amasados en el momento, bien fresquitos y el chino que los amasaba la tenía re-clara. Todo acompañado con una sopita rica y unas verduras al vapor que le iba muy bien. El plato era abundante y resultó ser un éxito para nosotros, estábamos felices con la elección.

Todos los locales que estaban ahí nos miraban como pensando: ‘Estos locos van a comer nuestra comida… mmm… esto hay que verlo’. Pero la verdad es que nos gustó tanto, que fuimos al puestito a decirle al chef que estaba buenísimo y le encantó el gesto, agradeciendo con una gran sonrisa. Estas cosas realmente creo que hacen que el viaje sea más enriquecedor aún.

 
 
 

Escribe Chris:

Uno de los días hicimos algo controversial para un viaje por el sudeste asiático. Fuimos a Universal Studios. Tengo que admitir que a mi me divierten estos parques yankees, una de los pocos gustos que no compartimos con Vicky. Falta un buen tiempo para ponernos de acuerdo en ir a Orlando (léase, hasta que nuestros futuros hijos lo pidan), por lo cual acordamos que un día en Universal Studios, me iba a servir para calmar la espera. Así fue como estuvimos unas horas entre los personajes de Shrek, Magadascar, La Momia y demás.

 
  
 
 

 
 





















































 









 





Escribe Vicky:

El broche de oro para nuestra última noche en Singapur fue el show de luces y sonido en Marina Bay, donde se muestran las aguas danzar al ritmo de la música y se le agregan efectos como laser, burbujas y otros efectos visuales lumínicos. Hay como una especie de auditorio para que la gente se siente a disfrutarlo, con el skyline de los edificios más emblemáticos de Singapur de fondo, por supuesto todos iluminados. Es un momento mágico, realmente pone la piel de gallina, ver esa puesta en escena con la canción ‘What a wonderful world’ de fondo… que en particular para mi tiene un significado muy especial.

Realmente el esfuerzo de esperar hasta la noche para volver a salir del hotel valió la pena! Fue una delicia para los sentidos…


 

         





















Escribe Chris:

Otra atracción en sí misma, es el Aeropuerto Changi. Votado año tras año como uno de los mejores aeropuertos del mundo, tiene un jardín de orquídeas, cine, internet, un hotel en la zona de tránsito, duchas, zona de juegos incluyendo un tobogán de tres pisos, sillones súper cómodos, un jardín de girasoles, gimnasio y sorpresas a cada paso.

 

  
 

 
 



























































 




 



En resumen, Singapur es un destino obligado para todos aquellos que disfrutan de las ciudades, aunque tiene la particularidad que también la pueden aprovechar (y mucho) los que prefieran estar en contacto con la naturaleza. Está en pleno auge, es la potencia económica del sudeste asiático y vimos campañas del gobierno buscando gente que quiera quedarse para armar su vida acá. ¿Algún voluntario?
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