Rápido y furioso!

Saturday, February 23, 2013
Hong Kong, China
Escribe Vicky:

Hong Kong, ciudad increíble, frenética, intranquila, moderna, consumista, para mi es como una New York aumentada. Es como un gran shopping, hay uno al lado del otro. Produce un efecto atrapante, por momentos desesperante, abrumador, como agobiante, pero aún así agradable. Fue en el único lugar donde hasta ahora no pude dormir bien, a pesar de estar cansada, algo impensable en mi, ya que los que me conocen bien, saben que puedo dormir en cualquier lado.

Esta región administrativa especial de China es enorme, está dividida en la parte de la isla principal, la parte del continente, y otras islas más. Entonces hay muchas zonas por recorrer y están un tanto alejadas unas de otras, con lo cual, es difícil ver todo en los 5 días que estuvimos. Había que elegir. Por suerte contamos con la información bien detallada de Ricardo y Patricia, que son frecuentes viajeros a esta zona y la tienen más que clara. Y de Naty también recibimos info, que nos vino muy bien. A todos ellos muchas gracias por el aporte!!

Apenas llegamos nos encontramos con que HK tiene casi en paralelo una ciudad subterránea!! Sí, sí, cada estación de subte abarca mucha superficie por debajo de la tierra, tanto, que hay muchísimas salidas por cada estación. A esto se le suma que muchas avenidas se cruzan por debajo de la tierra, o sea, en muchas esquinas no hay semáforo ni senda peatonal para cruzar, con lo cual, hay que cruzar por abajo. Además, muchas de las salidas desembocan dentro de un shopping, así que si le erraste en la salida elegida, sonaste, te hacen pasar sí o sí por negocios! 

Tan grande es la red subterránea, que se necesita señalizar el tránsito de personas con flechas y luces verdes y rojas. Yo creo que además también lo deben hacer para que la gente no ande a los empujones por la vida, ya que los chinos van a los golpes, no les importa nada, te pisan, te empujan, te pasan por arriba, ningún problema. Es como que para ellos el espacio personal no existe. O al menos esa fue nuestra percepción. De modales, ni hablar! Acá entendí muchos comportamientos de los chinos que viven en Argentina. Son sucios, hacen ruidos guturales, mastican con la boca abierta y hablan, hacen el famoso ruido de chicle al comer, y lo peor, se 'limpian' la garganta en cualquier momento y lugar. Y se mandan unos estornudos y unos bostezos en público que se escuchan hasta Argentina. Esto no escapa a las mujeres bien vestidas que van por los pasillos del subte con su cartera y su portafolios. Vimos una de ellas delante nuestro y realmente no lo podíamos creer!





















Después otra cosa... es difícil que en un restaurant, bar o similar haya servilletas de papel a disposición, eso es rarísimo también! Así que nosotros llevábamos un paquete en la mochila por si acaso jajajaja

Escribe Chris:

Siguiendo con el tema del espacio personal, que fue una de las cosas que más nos impactó, cualquier mesa es bienvenida para ser compartida. En lugares como patios de comida o un Mc Donalds, es seguro que vas a compartir la mesa, que además suelen ser largas, tipo 'comunitarias'. Y con el tema de los empujones, nadie se queja, se asume que es así. De hecho, nosotros nos mimetizamos y empezamos a dar algún que otro mochilazo y nadie nos dijo ni mu, ni siquiera nos miraron, forma parte de la vida diaria! Además, es muuuuuy difícil que alguien te sonría. Incluso la gran mayoría de turistas chinos que vimos, posan con cara seria para las fotos. Y en lugares populares, olvidate de que te hablen. La comunicación es por 'cabezazos' y sonidos guturales. Por supuesto que si vas a lugares de mejor categoría la cosa cambia y te tratan como reyes. Y al tope de la escala, tenés lugares que directamente están apuntados a un público con millones de dólares en el banco. Están todas las marcas de lujo y lo llamativo es que cada una tiene varios locales.

En lo relativo al espacio físico, también está aprovechado al máximo. Muchos negocios están en segundos, terceros y cuartos pisos a los cuales muchas veces nos quedamos analizando cómo llegar. Todo es cuestión de encontrar la escalera correcta, que suele ser angosta! Y en lo referente a lugares de comida barata, suelen estar en subsuelos.

Otra cosa que nos llamó la atención, es que encontramos menos occidentales de lo esperado. Vimos turistas y también gente de traje yendo a trabajar, pero en nuestra fantasía, esperábamos encontrar muchos más. Vimos también varias parejas 'mixtas', o sea, mezcla de un ‘gringo’ y una asiática.

En el rubro gastronómico, seguimos probando nuevos platos. Nos enteramos que los dumplings que había probado en Singapur es uno de los platos típicos de acá y su nombre es Dim Sum. Así que obviamente volví a comer (Vicky también los comió), además de probar sushi (excelente y baratito) y comida taiwanesa. Aunque también tuvimos nuestro día de Burger King y Pizza Hut, hay que ir matizando porque si bien nos encanta probar la comida de cada lugar, el cuerpo también pide cosas que le sean familiar! A nuestra vuelta, por favor Galle, hacenos el asadito prometido jaja!



Concuerdo con Vicky en que fueron 5 días frenéticos. Cada día pareció durar unas 48 horas, hicimos de todo, llegábamos muertos al hotel pero aun así era muy difícil tranquilizarnos! Muy loco. 

En cuanto a los lugares que visitamos, vamos a intentar ser lo más breve posible, escribir sólo sobre aquellos que nos impactaron por algo y dejarles unas fotos. Si no, este post se va a convertir en un libro aburrido y descriptivo nomás.

La avenida de las estrellas, en la parte continental de Hong Kong, es una peatonal a lo largo del río desde la cual se ve la conocida postal del skyline de Hong Kong. Es muy pintoresco, pasamos por ahí en diferentes días y horarios porque la vista es espectacular. Además, todas las noches a las 20hs hacen un show de luces y sonidos en la bahía, que resultó ser una decepción total para nosotros. Quizás esperábamos algo más imponente de lo que fue. Fueron sólo un par de láseres proyectados desde algunos edificios al ritmo de una música (encima fea) y no mucho más. En uno de los extremos de la avenida de las estrellas hay una estación de ferries para cruzar vía marítima a la parte insular. Es mucho más barato que hacerlo por vía subterránea y además están buenas las vistas. Como leímos en Lonely Planet, es el 'crucero' más barato del mundo considerando que cuesta unos 35 centavos de dólar.

 
 
 
 



























 

 La isla de Hong Kong, como les contaba, es donde están los rascacielos, las grandes multinacionales y donde se cierran los negocios multimillonarios. Aunque alejándote un poco de la parte central, hay lugares muchos más 'chinos', como por ejemplo Wan Chai. Ahí desaparecen los carteles bilingües inglés-chino y todo se torna definitivamente más asiático. Esto es así por razones históricas, ya que en el siglo XIX cuando la confianza entre los colonialistas (ingleses) y los locales pendía de un hilo, los británicos impusieron una división geográfica, los chinos al oeste y los europeos al este. Estuvimos en un templo muy bizarro, el Man Mo Temple. Lleno de incienso por todas partes, principalmente en el techo, en unas colillas (tipo espirales grandes) para rezar. Así que había que andar atento a que no te cayeran cenizas en la cabeza. Además, después de un rato se hacía difícil respirar. Nos encantó el templo, realmente algo diferente.

 
 


   









 






































 

































 



 


 Otra de las cosas que hicimos en la isla, fue tomar el histórico Peak Tram, un tranvía que te sube hasta la cima de un monte, donde por supuesto hay un shopping y se ve una linda postal de los edificios de Hong Kong. Vale la pena destinar algunas horas para este paseo.

 















 










 Además, en la isla está el Central-Mid Levels Travellator que son una serie de cintas mecánicas como las que se encuentran en muchos aeropuertos con una longitud total de 800 metros y que te permiten subir 135 metros! Subir es un decir, porque según el horario del día, funcionan en subida o bajada. Buenísimo!



También fuimos a la isla de Lantau, donde está la estatua del Buda sentado de bronce más grande del mundo al aire libre (tiene 26 metros de altura). Está en una montaña a la cual accedimos por un cable carril bastante extenso (habrán sido unos quince minutos de viaje!!!), con vistas de un verde increíble y ciertos lugares donde estábamos muy alto. Créase o no, el 70% de Hong Kong es verde y montañas. Pero debo reconocer que estuvimos el 99% del tiempo viendo cemento! Jaja. La estatua del Buda más los templos del lugar y el paseo turístico que armaron nos encantó. Fue el único momento que tuvimos un poco de 'paz'.





  
 
 
 
 


  


































































































































 





 

Escribe Vicky:

Un capítulo aparte es el tema de las compras. Cuando uno piensa en Hong Kong, enseguida se le viene a la cabeza 'gangas!', no? Nosotros encontramos cosas baratas, pero tampoco como para traerse un cargamento. De todas formas, recorrimos varios mercados callejeros (por no decir todos) donde hay que arremangarse y practicar las dotes de 'regateadores'. Aquí es donde la cosa se pone interesante, ya que lo más gracioso es que con la práctica uno se va poniendo más ducho y los resultados son mejores. Debo reconocer que a mi me cuesta un poco, pero intento recordar el perfil de regateador que utilizaba mi papá en nuestros primeros viajes. Y ahí resultan las cosas mejor. Lo esencial es no ponerse mal por el otro, ya que se asume que es un juego y se busca el mejor resultado para ambas partes. Lo que me gusta es que es un juego de ganar-ganar, eso está bueno!

 
 
 
































 






 Así que debo reconocer que conseguimos algunas cositas lindas en los mercados y, sobre todo, nos divertimos! Dedicamos un día entero sólo para compras. Tanto, que empezamos a la mañana y terminamos a la noche en los mercados nocturnos, volviendo al hotel llenos de bolsas y bolsitas, cargados y cansados.

Mucho mercadito de baratijas pero el último día nos dimos unos gustos un poco más caros y pasamos por los locales de Apple y de Abercrombie & Fitch, que vale aclarar tienen 'flor de locales', una cosa de locos, no se puede creer lo grande que es el local de Apple y lo canchero y lujoso que es el de Abercrombie. Además, para terminar bien arriba la última noche, pasamos a tomar unos ricos tragos por el bar Felix, que queda en el último piso del hotel Peninsula, uno de los más clásicos de HK, con una vista espectacular de la bahía. Este dato gracias a Ricardo, Pato y Naty. La vista es increíble, pero por alguna razón que no logramos entender todavía, hay unas cortinas tipo americanas que bloquean la vista y no se ve bien todo el skyline, sino que se ve con rayitas. Pero igualmente valió la pena ir, los tragos riquísimos y los baños muy cancheros, con vista a la bahía, sobre todo el de hombres ofrece una sensación especial!

 
 
 
 
   
 
   
 



















































 


 















 






 









 
 Parece entonces que concordamos con nuestra querida Lonely Planet cuando empieza refiriéndose a HK: 'Como un shot de adrenalina, Hong Kong aumenta el pulso.' Ese efecto tuvo en nosotros!

Y de bonus track, van unos videos para completar el panorama!

 

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Comments

Merce y Rubén
2013-03-08

Que bien chicos!!
Aunque cada vez me gusta menos viajar a grandes ciudades, sin duda Hong Kong tiene que ser impresionante por las fotos que habeis subido.
Vaya agobio con los empujones de los chinos no? Aunque supongo que os divertiríais aplicándoles su misma medicina.
Bueno, sigo leyendo la parte de Vietnam que os veo lanzados.

Merce y Rubén
2013-03-08

Ahhh, se me olvidaba, nos han encantado las fotos del templo, son de profesional.

2025-05-23

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